La llegada de nuevas y poderosas tecnologías no desecha todos los supuestos de ideas previas sobre cómo hacer negocios, pero sí genera nuevas oportunidades para las personas, olvidemos pensar que “un robot me puede quitar el trabajo”.

Qué quiero decir con esto, en primer lugar, los datos demuestran que las nuevas tecnologías o la llamada digitalización, ha acentuado las diferencias entre las empresas en lugar de atenuarlas. Esto refleja el hecho de que, si bien las empresas siempre han exhibido distintos grados de capacidad de elegir, adoptar y aprovechar las innovaciones, la tecnología ha acelerado y amplificado esas diferencias. 

En segundo lugar, los líderes de la transformación son cruciales, aún cuando se requieren proveedores, consultores y áreas de tecnología de información altamente calificados, para aplicar con éxito las nuevas tecnologías en la empresa, el verdadero valor proviene de las innovaciones a los procesos que habilitan esas tecnologías. Fomentar las innovaciones, y propagarlas ampliamente, son responsabilidades de los líderes de la transformación y no pueden delegarse. 

Por último, la turbulencia en el entorno competitivo que generan estas tecnologías, aún no ha llegado a su fin. Incluso en empresas de avanzada, que cuentan con una visión más clara sobre la transformación digital, generan cambios en la dinámica competitiva en muchas industrias a medida que van aumentando las inversiones y los proyectos en la transformación digital.

También he podido comprobar que para la mayoría de las empresas no es fácil cambiar y transformarse tecnológicamente, sin embargo aunque se configuren y se evolucione la tecnología, cambiar el comportamiento y la actitud de las personas hacia la tecnología es el desafío mayor. La pregunta que reiteradamente se escucha, ¿cómo hacer que las personas adopten las nuevas tecnologías?

Las tecnologías que se están incorporando, robots o herramientas analíticas, por ejemplo, por lo general cambian la forma de hacer el trabajo en forma significativa, y eso nunca resulta muy atractivo, ni para las personas que operan ni para los líderes de las organizaciones. 

A medida que se expande el rango de desempeño y se intensifican la concentración y la turbulencia, el puesto de trabajo se vuelve notablemente menos cómodo. Mi recomendación, “cambie el chip” como diríamos coloquialmente, mire el futuro de manera distinta, más como un abanico de oportunidades y no como un camino lleno de baches, afróntelo y diríjase hacia allá. Planee y ejecute seriamente un programa personal de aprendizaje, para cambiar y para adquirir nuevos conocimientos.

La no preparación y no anticipación se pagan caro y quiénes no exhiban una actitud y un “nuevo valor” por la adquisición de estos conocimientos del entorno digital, quedarán fuera de la carrera más temprano que tarde. Es posible que ni siquiera los “ejecutivos tradicionales” más avezados sobrevivan a la turbulencia inevitable. 

Sin embargo, los que se anticipen y sobrevivan, recibirán recompensas personales enormes, al menos hasta que la empresa o uno mismo decida utilizar otras tecnologías más evolucionadas para transformarse a un negocio o vida personal aún mejor.