“Si uno no sabe a qué puerto se dirige, ningún viento es favorable”    Seneca

 Como lo comenté la semana pasada en este blog, seguiré explicando acerca del proceso a seguir, para poner en práctica la ejecución de la estrategia en su negocio.

Comencemos pues con el siguiente ejemplo: imaginemos que estamos frente a un grupo de nuevos empleados, y uno de ellos pregunta acerca de la estrategia de nuestra compañía y solo tenemos dos minutos para responder. ¿Seríamos capaces de hacerlo?

Esta es una pregunta que me encanta hacer al inicio de cualquiera de mis intervenciones, en las empresas en las que participo ayudando a dirigir la reflexión y la definición de su estrategia de negocio.

Y, ¿cuál creen que ha sido el resultado de esta “simple” pregunta?…

En los comienzos de mi labor como facilitador en estos temas, me quedaba sorprendido, de que muy pocas personas en las empresas fueran capaces de describirme su estrategia de negocio. Pero no hacía nada al respecto para cambiar la situación. Hoy en día, no ha cambiado mucho, y sigo asombrado, sin embargo, ahora justifico la razón de esta ignorancia a dos presunciones: a que no la conocen, o a que no saben cómo describirla.

La primera es la más preocupante, porque los empleados realmente no comprenden suficientemente bien la estrategia de negocio o, lo que es peor, la desconocen en su totalidad y por lo tanto son incapaces de describirla. Y esto, en verdad no es culpa de ellos, sino de los líderes que no se preocuparon en comunicársela, ni en responsabilizarlos por sus acciones frente a los objetivos.

Mi segunda hipótesis, la menos alarmante, es que he descubierto un alto grado de confusión en la terminología utilizada, lo que les impide describirla de manera simple, porque se “enredan” entre los conceptos.

Los invito a que hagan la prueba ustedes mismos en sus propias empresas. Pidan a diez personas, compañeros de ustedes, que les describan la estrategia de la compañía en dos minutos, y verán lo que sucede. Para hacer la comprobación más contundente, sobre la confusión sobre los conceptos, díganles que en algún sitio del plan estratégico dice que la Empresa va a crecer inorgánicamente a través de la integración de un nuevo portafolio, y que con esto, buscan incrementar la participación del mercado en un 5%, dentro del segmento de cliente de la reciente adquisición. Entonces, con esta información pídanles que definan un objetivo, una meta y un indicador (o KPI por sus siglas en inglés). Una vez que lo hagan, para rematar, les preguntan nuevamente, ahora sí… ¿cuál es la estrategia? Observen el “enredo” y comparen los resultados. Sinfín de respuestas, ¡se los aseguro!

Con esta sencilla prueba, les puedo asegurar que por esta mezcolanza las personas, realizarán acciones diferentes, priorizarán diferente, propondrán tareas diferentes, por el simple hecho de que cada uno entiende la estrategia a su manera y por tanto perseguirán objetivos no comunes.

En conclusión, los primeros pasos para lograr le ejecución eficiente de la estrategia son:

  1. Asegurarse de que los conceptos que conforman a una estrategia sean entendidos de igual forma por cada una de las personas en la empresa
  2. Hacer que la describan (si la escriben es mucho mejor) con los nuevos conceptos aprendidos
  3. Ahora sí, pídanles que la traducirla en objetivos comunes, claros y concretos, indicadores y metas
  4. Logre la alineación de todas las personas, a través de acciones y compromisos individuales que “apuntan” a los objetivos comunes que definieron

Aunque no lo crean, estos cuatro sencillos pasos, lograrán una comprensión simple de la estrategia y a la vez, facilitará la alineación de lo que deben hacer los empleados para lograr los resultados.