Solo las personas “conectadas” pueden hacer lo que anteriormente solo grandes organizaciones centralizadas podían hacer.

 

Comencemos planteando en este artículo dos preguntas: ¿qué le da sentido a una organización? ¿qué hace que los empleados, clientes o incluso los diversos grupos de interés dediquen sus esfuerzos al éxito de la empresa?

Estas preguntas resultan claves cuando hablamos de empresas de la cuarta revolución industrial y de las que están llenas de nuevas generaciones de empleados, dado que, el potencial ritmo de crecimiento combinado con la fuerte dependencia de sus comunidades que ayudan a convertir en realidad sus aspiraciones exige un nivel de compromiso sin precedentes y de amplia exigencia – individuos que tradicionalmente solo tienen una tenue conexión con una empresa.

Aunque dicho compromiso lo podemos encontrar muy frecuentemente como fans en grupos de música o hinchas en los equipos deportivos es poco usual en el mundo corporativo. Sí han existido algunas “estrellas del rock” corporativas como Apple, que posiblemente es el ejemplo más famoso. Porque además Apple, tiene un ejército de millones de creyentes que hacen cola para comprar sus productos, muestran el logo de la manzana en cualquier espacio en el que tengan oportunidad y defienden a voces a la compañía contra herejes y apóstatas, lo cual es un ejemplo paradigmático de una comunidad corporativa viva, compleja y poderosa.

Obviamente, crear una comunidad así requiere un gran producto y una visión convincente, pero también requiere una gran cantidad de tiempo y pasión. Se necesitan muchos años y persistencia para que un buen producto se convierta en un “fenómeno” y para que un concepto o empresa alcance un estatus como “ícono cultural”.

Las organizaciones de la cuarta generación industrial no tienen esa cantidad de tiempo. Tampoco suelen tener líderes tan carismáticos como Jobs. En su lugar, deben moverse rápida y sistemáticamente utilizando métodos y herramientas ágiles:

1. Contar un propósito de transformación claro para obtener la implicación apasionada de todos los interesados en la cruzada por conseguir una visión convincente y mayor,
2. Asegurar los componentes necesarios para construir y comprometer a la comunidad y al entorno,
3. Contratar a las personas necesarias (“tercerizadas” si es necesario),
4. Utilizar las mejores herramientas de última generación y, por supuesto,
5. Aprovechar los datos, la información y algoritmos necesarios para analizar, entender, enfocar y lograr el crecimiento tan anhelado.

¿Podrían ser estos atributos sustitutos perfectos del carisma y de la genialidad? No, pero están mucho más disponibles y están menos sujetos a la suerte. También son mucho más gestionables. Lo mejor de todo es que la combinación del propósito de transformación y del resto de los componentes puede aplicarse a cualquier organización, grande o pequeña, en cualquier momento y situación.