Si te pusieran a elegir entre privacidad o salud ¿qué elegirías?

Hace algunos días leía una reflexión que hacía Yuval Noah Harari, en referencia a nuestra privacidad o a la posibilidad de incrementar la vigilancia hacia nosotros para proteger nuestra salud.

Antes del confinamiento, el valor que otorgábamos a la privacidad y a la prohibición sobre la obtención y uso de nuestra información era total y absoluta.

Sin embargo, con las posibilidades actuales de los teléfonos, relojes, pulseras y demás artilugios inteligentes, con la viabilidad de medir temperatura y presión corporal, además de analizar datos para evaluar nuestra condición médica, sin olvidar el rastreo de nuestros movimientos y monitoreo de personas con quien hayamos estado en contacto. Es decir, sus algoritmos tienen la posibilidad de vigilarnos y sabrían si estamos enfermos incluso antes de que lo sepamos y también sabrían dónde y con quién hemos estado.

Quizás las situaciones sanitaria y económica actual, abren un pequeño resquicio sobre nuestra radical y absoluta decisión acerca de la privacidad y el uso de nuestros datos.

Puede ser un punto de quiebre para mover la balanza hacia nuestra salud.

Si hoy tuvieras la opción de elegir entre privacidad y salud, ¿qué elegirías?