No escatimes en ampliar capacidades y adquirir conocimientos. 

Tu avance profesional no tiene que ser de forma lineal ni ascendente, es más, ni siquiera continua. ¿Por qué no pensar en cambios de empresas, o de sector u ocupación, así como tiempos sabáticos? Porque al hablar de desarrollo, no significa, ascender más rápido que los demás, sino de preparar el terreno para ir progresando a lo largo del camino.

Toma en cuenta que no necesitas avanzar solo. Busca el apoyo de otros, haciéndolo de forma genuina: no para pedir un puesto, sino ayuda para conocer qué camino puedes seguir.

Analiza y comprende tus puntos fuertes y cómo apoyarte en ellos, acepta tus limitaciones y busca cómo aprovecharlas, se realista y ambicioso planteando objetivos.

Y por qué no, tómate la tarea de conocer la trayectoria de una persona que sea tu referente.

Constantemente, adquiere capacidades y amplía conocimientos. Consigue habilidades tecnológicas y desarrolla habilidades interpersonales e inteligencia emocional.

En resumen, piensa: ¿Cuáles son tus prioridades? ¿De qué competencias dispones? Y ¿Cuán diversa es tu red de desarrollo?

 El crecimiento profesional no tiene que ser vertical.