“La motivación del personal es un factor fundamental para aumentar el rendimiento de los equipos de trabajo y en muchas ocasiones me han preguntado: ¿cómo mejoro la motivación de mis empleados?

Simplemente quiero comenzar con una pregunta, ¿Por qué les cuesta tanto trabajo a los jefes reconocer los méritos, generar conflictos, interactuar poco y castigar con jornadas laborales interminables?, aunque se sabe y se escucha frecuentemente, el jefe no parece darse cuenta, de que él es el principal causante de la desmotivación de sus empleados y de cómo este hecho trasciende en la productividad y en la moral de los empleados.

Se habla de la felicidad en el trabajo y las empresas se preocupan por crear lugares placenteros para trabajar, sin embargo, muchas personas no cuentan con lugares así y sigue siendo una tarea pendiente en la labor de la gestión humana por parte de los gerentes y directores.

En esta ocasión quiero mencionar los factores que me he encontrado en algunas de las empresas en las que he tenido que escuchar el malestar de los empleados desmotivados y algunas fórmulas que se pueden hacer para mejorar esta situación.

La principal razón se la atribuyó a estos jefes expertos y consumados dedicados, consciente o inconscientemente a desmotivar a sus propios equipos, quienes hacen qué lugar del trabajo parezca un auténtico infierno.

La tarea es evitar que seas la copia de estos jefes desmotivadores, con el fin de no cometer los mismos errores, tratando de lograr, a la hora de dirigir equipos, una mejora sustancial en tu capacidad de estimular a las personas que te rodean.

1. Siendo realistas, el primer punto al analizar la satisfacción de los empleados es la retribución. Tener salarios justos y que estén acordes con el trabajo y los méritos obtenidos para sentirse a gusto. Es imposible exigir compromiso hacia el trabajo si las personas no sienten ingresos justos.

2. El siguiente aspecto es también material, pues está relacionado con las condiciones adecuadas en materia de seguridad e higiene en el trabajo, la comodidad dentro de la empresa y contar con el equipo mínimo necesario para desarrollar las labores diarias.

Una vez que se alcanza una retribución suficiente, el dinero pierde importancia y surgen aspectos de ámbito emocional y profesional, entre los que mencionó:

3. Mayor participación en los temas relevantes en aspectos que influencian el desempeño de la empresa. Considero que sería muy positivo romper la costumbre de muchas compañías donde el jefe es quien toma las decisiones en solitario, sin tener en cuenta ninguna opinión.

4. Preocuparse por el desarrollo, no saben lo que valoran los empleados el hecho de guiar e impulsar su carrera profesional, en lugar de preocuparse por mantener siempre el mismo puesto de trabajo. Como jefe, es recomendable facilitar la preparación necesaria para que las personas asciendan y se desarrollen.

5. Reconocimiento por metas alcanzadas, logros cumplidos o el mejoramiento de la calidad de vida.

6. Retribución por los méritos logrados. Aunque cada vez son más las empresas que introducen planes de incentivos, esta práctica aún no está suficientemente generalizada. Sin embargo, hay que reconocer que el rendimiento mejora de forma considerable con planes de incentivos diferentes, como disfrutar de viajes, regalos por logros o sorpresas ligadas a la productividad.

También por situaciones que parecen obvias pero que no se realizan adecuadamente, hacen que las cosas no funcionen en la motivación de las personas.

7. La definición clara de las responsabilidades del cargo, aun me encuentro con muy pocas empresas que, cuando las personas empiezan a trabajar, se les hace una descripción del cargo, delimitando las funciones, explicando el sistema de evaluación de su trabajo, las opciones de desarrollar su carrera y las aspiraciones que puede tener. No tener esto bien delimitado conlleva a, que con el paso del tiempo y sin previo aviso, le vayan dando más trabajo y vayan creando conflicto y desmotivación.

8. El ambiente laboral en muchas ocasiones viene provocado por las relaciones conflictivas entre los propios compañeros. Esto, a veces, es fomentado por los mismos jefes, inclinados a que impere la cultura napoleónica de “divide y vencerás”. La comunicación constante es la cura a este malestar.

9. Largos horarios de trabajo que no llevan a ningún sitio que no sea a un agotamiento. Trate de entregar las herramientas y medios adecuados para facilitar las labores para no tratar de conseguir mucho sin los medios adecuados.

10. Finalmente, uno de los grandes errores de los jefes, es ignorar las necesidades e inquietudes personales de los empleados, para mantener la motivación es necesario conocer con quienes trabajas, no solo en su ámbito laboral sino personal. Un buen jefe se vale de este conocimiento para ponerlo todo a su favor.

Indiscutiblemente, el jefe influye directamente en el estado de ánimo de las personas trabajando en los factores antes mencionados, se habrá dado el primer paso para mejorar el ambiente laboral de la empresa y lograrlo es en gran medida responsabilidad de los jefes.