Esta es una de las preguntas que en reiteradas ocasiones me han hecho, empresas de todas las industrias y de todos los tamaños… ¿Cómo adapto mi planeación estratégica a la nueva realidad digital?

Hoy seguramente, podrías afirmar que eres o estás en una organización ágil, en donde además existen internamente equipos entrenados para equivocarse rápido y ajustar personas cuando otro grupo ágil los necesite. No se si esté o no realmente pasando esto en tu organización, pero si aun no sucede, te aseguro que en un abrir y cerrar de ojos sucederá.

Pero confírmame que tu organización, tiene toda la versatilidad de definir y ejecutar una estrategia de negocio tradicional – como las normas estratégicas (si es que existen) lo dictan – y al mismo tiempo ir conduciendo con éxito la transformación en los modelos de negocio. Cuando escribo estas líneas, me estoy imaginando a un malabarista, quien echa mano de todas sus habilidades ágiles, físicas e histriónicas, para evitar que se le caigan los aros que lanza al cielo con la mano izquierda, mientras con la diestra está recogiendo el aro que ya viene de bajada y así sucesivamente. 

Esto, desde mi punto de vista es lo que está pasando en las organizaciones, se trata de hacer malabares para mantener el negocio, la tecnología, los modelos de negocio al mismo tiempo sostenibles para aguantar el siguiente año, si, al menos un año a la vista. 

Pero una cosa si les digo, las empresas que están con un pie dentro de la transformación digital son aquellas que han sido capaces de combinar, una mentalidad estratégica enfocada con las habilidades de liderazgo (de esta economía 4.0) necesarias.

Porque estas últimas, están delimitadas por los diversos fundamentos estratégicos de la era digital y conllevan de manera natural, la creación de nuevos productos, servicios, propuestas de valor y por consecuencia, modelos de negocio. Manteniéndose de manera “ágil” y en estado de alerta para estar siempre pendiente de las nuevas oportunidades.

Como mencioné son estos los malabaristas, capaces de mantener el equilibrio entre el juego de incubar, acelerar, y aprender a adaptarse ágilmente como emprendedores, y al mismo tiempo a jugar el juego de competir y escalar como los grandes empresarios.

Esta nueva era, está obligando a las empresas a sortear este equilibrio, ajustando constantemente sus estrategias y sus modelos de negocio, centrándose en la necesidad continua de creación de valor para los clientes y consumidores actuales.

La revolución llamada cuatro punto cero, está comenzando, y de lo que se puede vislumbrar parece estar repleta de tecnologías y de mucha digitalización, esto hace difícil predecir cómo estará trastocada cada industria, o sector, sin embargo, si nos subimos desde ya, en la ola, aprenderíamos malabarismo a temprana edad cuatro punto cero, y lo hacemos parte de nuestro ADN, convertimos, cada lanzada del aro del malabarista hacia el cielo, como una oleada de cambio que puede presentar nuevas oportunidades para crear valor a nuestros clientes y consumidores. Lo que, si he podido percibir, es que esto se está poniendo divertido.