Aunque tu no quieras cambiar, el mundo seguirá girando y tu entorno continuará cambiando a tu alrededor. Así te resistas a aceptar que la transformación digital es una cuestión de personas. La resistencia que hagas, no impedirá que todo lo digital siga su curso. De esta manera, tenemos que entender al cambio no solamente con una acción de cambiar sólo exteriormente, porque el cambio implica algo muy profundo, algo por lo cual el mundo desde sus entrañas se mueve, y esto a la vez genera un proceso que requiere mucho esfuerzo personal, para abrirle la puerta a algo distinto. Es decir, los cambios no surgen por el simple deseo de querer hacerlo, sino del propósito absoluto de hacerlo. En otras palabras, la comodidad no genera cambio, porque todo cambio surge como respuesta de una incomodidad existente. Mientras no te incomode la transformación digital, estoy seguro que no tendrás la necesidad de cambiar. Pero te puedo anticipar, que si la necesidad llega tarde, te cogerá mal parado y la reacción será lenta y te pondrá a correr en una dirección equivocada, no en la que el mundo necesitará mañana. En la actualidad el conocimiento que has adquirido ya no es garantía para el futuro, solo es el reflejo de nuestra experiencia y de nuestros aciertos de un pasado que no existe más. Es un cambio de época.