Ninguna habilidad es más valiosa y más difícil de conseguir que la capacidad de pensar de forma crítica en problemas y en soluciones. Las escuelas no nos enseñan un método de pensamiento. Creo que pensar es una de esas cosas que se pueden aprender pero que no se pueden enseñar.

Cuando se trata de pensar, la mente tiene una forma óptima de operar. Cuando se hace correctamente, nos generará mucho tiempo disponible. Cuando se hace incorrectamente, la mayor parte del tiempo lo consumiremos corrigiendo errores.

Las buenas decisiones crean tiempo, las malas lo consumen. Las buenas decisiones iniciales ofrecen jugosas ganancias durante años, lo que nos producirá mucho tiempo libre y poco estrés. Las malas decisiones, en cambio, consumen tiempo, aumentan la ansiedad y nos agotan la energía.

Pero, ¿cómo podemos aprender a pensar?

La mejor manera de mejorar nuestra capacidad de pensamiento es dedicar tiempo a pensar.

“Nuestras decisiones hablan por nuestros pensamientos”

No podemos simplemente tomarnos unos minutos aquí y allá, captar la esencia de los problemas y esperar que con eso, se tomen buenas decisiones.

La multitarea, no es solo no pensar, sino que perjudica nuestra capacidad para pensar.

Pensar significa concentrarse en una cosa el tiempo, suficiente para desarrollar una idea al respecto. No aprender las ideas de otras personas o memorizar un conjunto de información, por mucho que puedan ser útiles mas adelante. Es mejor desarrollar nuestras propias ideas.

Es decir, pensar por nosotros mismos. Simplemente no es posible, en ráfagas de 20 segundos, interrumpidos constantemente por mensajes de Instagram, correos, WhatsApp, o jugando con el celular o mirando videos en YouTube.

Una regla para saber qué tan bueno es alguien para tomar buenas decisiones, es la cantidad de tiempo que tiene. Las personas más ocupadas suelen ser las que toman las peores decisiones. Las personas ocupadas pasan mucho tiempo corrigiendo malas decisiones. Y debido a que están tan ocupadas corrigiendo decisiones pasadas, no tienen tiempo para tomar buenas decisiones.

Los buenos tomadores de decisiones entienden una verdad simple: no se pueden tomar buenas decisiones sin pensar bien y el buen pensar requiere tiempo.

“Pensar facilita el futuro”

Si deseamos pensar mejor, programemos y destinemos un tiempo para pensar y perfeccionar la comprensión de aquello que requiera de una decisión.

Todo esto se logra concentrándonos, apegándonos a la pregunta, cometiendo errores y reconociéndolos, siendo pacientes, dándole al cerebro la oportunidad de hacer asociaciones, establecer conexiones, dejando que todas las partes de la mente entren en juego, para llegar a una idea original.

¿Qué tanto tiempo dedicamos a pensar?