¿Cuántas formas conocemos de consumir nuestro dinero y cuántas formas sabemos de producir dinero?

 Todos sabemos consumir de miles de formas, pero la mayoría sólo sabe generar dinero trabajando siendo empleado.

Así nos han vendido un “modelo de éxito” cuya finalidad no es otra que seguir haciendo funcionar la rueda: estudia una carrera , encuentra un buen trabajo, encuentra una pareja, compra una casa y serás feliz el resto de tu vida.

En ningún momento en la universidad me dieron una charla sobre emprendimiento y en todo momento solo me mostraron una única salida: busca un sitio en donde emplearte para ganar dinero.

En definitiva, este modelo es un gran engaño, porque roba lo más importante que tiene una persona para sentirse satisfecho en su vida: su autonomía. O lo que es lo mismo, te convierte en un “esclavo del sistema”.

El problema es que para cuando tomamos conciencia de todo esto, para cuando entendemos que ese modelo es una trampa, ya estamos metidos hasta el cuello. Entonces nos resulta francamente muy difícil salir de ahí. Sobre todo, si se tienen obligaciones familiares.

Y es que, aunque han pasado miles de años, seguimos en el mismo modo de supervivencia.

La diferencia es que los primeros nómadas empleaban parte de su tiempo en garantizar su subsistencia, pero tenían tiempo para hacer otras actividades que les gustaban, pasar tiempo en comunidad charlando y conviviendo. Es decir, aquello que realmente nos proporcionan satisfacción y felicidad en la vida.

Disponer tiempo para hacer este tipo de actividades de forma relajada, es un verdadero lujo del que pocos disfrutan en nuestros días.

Sí, el progreso nos ha traído grandes comodidades, herramientas, vehículos y equipos electrónicos muy convenientes y por supuesto un montón de posibilidades.

Pero en realidad, ahora estamos mucho más alejados de nuestras verdaderas fuentes de felicidad: la naturaleza, las personas con las quisiéramos estar siempre y la realización de actividades que nos llenan.

Nuestro nivel de insatisfacción personal es mucho más alto, porque tenemos muchas más necesidades y obligaciones que atender.

Ahora no nos basta con dedicar unas horas a garantizar nuestro alimento, sino que necesitamos trabajar un buen número de horas para ganar dinero suficiente para “sobrevivir” en el sistema que hemos creado.

Por eso mi sugerencia no es tratar de acabar con el sistema, sino aprender a vivir en él de la mejor manera posible. Para buscar la mejor forma de recuperar nuestra propia libertad.