Somos en nuestra mayor parte iguales. Pero las mujeres piensan en “par”, los hombres piensan en “pirámide”.

Cada vez que nos reunimos formal e informalmente entre hombres y mujeres, en algún instante llega el momento, en que los hombres juegan a mostrar y a contar.

Alguno de los hombres sacará el último modelo del teléfono celular, por ejemplo, y dirá, con este nuevo teléfono puedo ir sentado en el carro y descargar en la pantalla todas las cotizaciones de mis acciones.

Y alguien, generalmente una de las mujeres, dirá: ¿pero eso lo haces frecuentemente? Me parece difícil leer en esa pequeña pantalla.

Bueno no, pero es genial y lo podría hacer si así lo quisiera, respondería nuevamente.

Se trata de tener poder, detener la última tecnología, y de tenerla primero antes de que la tengan otros. Para los hombres, se trata de demostrar que vas a la cabeza del rebaño.

He aquí la razón: cuando los hombres contemplan una estructura social, ven una jerarquía. Lo ven todo en términos de una pirámide, y en el fondo de sus mentes, hay siempre un sentir implícito del orden que ocupan los individuos en esa pirámide.

Las mujeres, en cambio, tienden a ver una estructura social más como un grupo de pares, es decir, como iguales, algo plano más que jerárquico.

Si uno se contempla como alguien que actúa en una sociedad jerárquica, obviamente nuestra función en cuanto individuos es buscar superioridad. Por eso los hombres, más que las mujeres, buscan establecer una ventaja sobre los demás. Por el contrario, las mujeres están más orientadas a enfatizar la igualdad y la justicia. Ven oportunidades ganar – ganar en lugar de ver oportunidades ganar – perder.

Una de las formas en que se manifiesta esta diferencia, es que los hombres procuran tener razón siempre, más que las mujeres. Por ejemplo, cuando discuten dos colegas hombre-mujer, llega generalmente momento en el que la mujer dice que ha puesto ya en la discusión todo lo que importa. Y dirá, está bien, tienes razón. Pero no terminará ahí la cosa. No para el hombre. Llegará al día siguiente con un libro o cualquier otra cosa que le permita decirle a ella, mira aquí dice exactamente que yo tenía razón ayer. Muy bien, estupendo tienes razón dirá ella, y le permitirá tener razón no porque necesariamente la tenga, sino porque tener razón le importa mucho a él.

Algunas formas en las que opera esta diferencia:

  • Las mujeres piensan en “nosotros”, los hombres piensan “yo”.
    La unidad básica de la sociedad, para los hombres, es el individuo. Las mujeres llevan a donde quiera que vayan toda una colección de prioridades y preferencias de las personas como comunidad.
  • Las mujeres quieren confianza, los hombres quieren respeto.
    Los hombres tienen la necesidad profunda de que otros los consideren. Por el contrario, las mujeres generalmente no quieren que se les vea arriba, quieren que se les vea simplemente.
  • Las mujeres buscan las cosas comunes, los hombres las diferencias.
    Si eres todo un “yo”, tienes que ser diferente de todos los demás “yo” ¿quién tiene el carro más potente?, ¿quién tiene la tecnología más poderosa?, mientras las mujeres buscan las cosas comunes, “mira cuánto tenemos en común”.
  • Las mujeres se ríen con, los hombres se ríen de.
    El humor entre hombres y mujeres varía 180º. El humor del hombre opera de manera más jerárquica, a veces cae en la “humillación”. Mientras el humor de las mujeres busca reírse con alguien, no de alguien.