Pocas personas entienden la diferencia entre marca personal y cargo profesional.

Cada vez que voy a reuniones en empresas y nos presentamos mutuamente, quien me recibe, menciona su cargo de trabajo en la empresa.

Los profesionales generalmente, no tienen claro lo que hace su marca personal como valor diferencial.

Sospecho que es porque muchos de estos profesionales no saben que cada cosa que hacen forma parte de su marca personal y que, sin saberlo, van dejando huella en cada acción o tarea que realizan.

¿Qué tan importante es hacer conciencia del valor de lo que hacemos diariamente?

Definir nuestra marca personal nos ayuda a diferenciarnos del resto de profesionales que ocupan el mismo cargo en otras empresas, además de sobresalir en la que trabajamos. De ahí la importancia de diferenciar entre un cargo de trabajo y una marca personal.

Podríamos seguir eligiendo ser genéricos o más bien ser más específicos. Cuando nos comportamos como un “genérico” nos presentamos con nuestro cargo. Es decir, el espacio que ocupamos en la empresa.

Hablar de un cargo de trabajo en una sesión de “networking” o en una reunión, es ser generalista; uno más de los millones de abogados, ingenieros de planeación de una empresa, financieros o contadores, por poner algunos ejemplos.

Esos títulos no forman parte de una marca personal. Lo que importa son nuestras capacidades, nuestras habilidades, nuestro talento.

Hablar de marca personal es hablar de uno mismo, de lo que nos diferencia del resto de los empleados o directivos. Es mencionar en una simple frase, cual es nuestro mensaje de “Marca” propia.

En un simple enunciado, mencionar qué somos capaces de hacer para satisfacer una necesidad profesional de la otra persona.

Ser un profesional con marca propia, significa:

• Conseguir una mayor visibilidad “on y off line”
• Obtener un mayor reconocimiento
• Poner valor a nuestro trabajo y conseguir que nos valoren más por lo que hacemos
• Mejoramos y aumentamos nuestras oportunidades de trabajo y profesionales.
• Logramos situarnos en una posición de liderazgo con relación a otros profesionales de la misma área
• Inspiramos confianza, cuando nuestro mensaje de marca es coherente con la forma cómo hacemos nuestro trabajo.

Nuestra marca personal no es ni el puesto de trabajo ni el cargo que ocupamos. Es la huella que dejamos en los demás con el producto que ofrecemos con nuestro trabajo. Es el vacío que dejamos cuando ese sitio queda vacío o cuando no estamos presentes.

Por ejemplo, un profesional de la nutrición puede presentarse de dos formas:

1. como consultor o especialista en direccionamiento estratégico o
2. como un profesional que ayuda a empresas y personas a comprender de qué manera pueden ejecutar la estrategia de su empresa, cambiando paradigmas y desarrollando habilidades y hábitos en las personas.

Cuando alguien se presenta de la segunda forma, más allá de dar información concreta de lo que hace y cómo lo hace, despierta el interés suficiente para seguir conversando con él o hacerle preguntas más específicas sobre su profesión o tema en cuestión.

Cuando nos consideramos un puesto de trabajo, estamos dando a entender que no somos únicos y relevantes en nuestra profesión.

Cuando actuamos de acuerdo a nuestros valores es cuando realmente marcamos la diferencia y comenzamos a hacer desde la esencia.

Cuando nos consideramos a nosotros mismos una marca personal, cambiamos el discurso y la forma en la que nos comunicamos, porque decimo qué hacemos, cómo lo hacemos y porqué lo hacemos y eso es lo que nos convierte en un profesional realmente diferente.