Permitámonos reinventarnos y ser felices al estar en continuo aprendizaje.

En un mundo que cambia tan rápido necesitamos aprender, ser abiertos a lo nuevo y a lo que está ocurriendo en este entorno de transformación.

Hoy quiero poner de cabeza el concepto del mentoring. Tomando como base que el conocimiento no solo está en las personas que acumulan años y años de experiencia, sino también en todas estas nuevas generaciones de profesionales que pueden aportar una mirada distinta. Por eso, que tan aventurado sería, proponer a las empresas que están viviendo la transformación digital, que se arriesguen y que lancen programas de mentoring invertido entre los jóvenes y no tan jóvenes, para que los de menor edad enseñen a los veteranos, sobre el manejo de las nuevas tecnologías, redes sociales, y demás artilugios que están surgiendo de la digitalización y sobre todo de los cambios en los comportamientos, sus costumbres y sus hábitos.

Tradicionalmente, un mentor es la persona de experiencia que comparte lo que sabe con los más jóvenes o menos experimentados. Sin embargo, en un mundo donde los profesionales llamados millennials han nacido casi con la tecnología bajo el brazo o conectados antes de su primera dentición. Entonces, no hay por qué no intentarlo, porque ellos, sin duda, tienen una enorme ventaja en el manejo de la tecnología con respecto a los que son más veteranos. Por eso, invito a todas las empresas que están en el proceso de la transformación digital, a que pongan en marcha esta buena acción de Gestión del Cambio, para que se apoyen sobre programas de mentoring invertido para que los de más reciente incorporación en el mundo laboral, inspiraren a los menos habituados sobre las nuevas tendencias y tecnologías actuales.

Aunque también debo confesar, que la dificultad de aceptar esta idea no radica en las habilidades del joven, sino en la actitud y aceptación de quien será “mentorizado”, que estoy seguro no se sentirá muy cómodo con que una persona de menor edad actúe como su mentor. Pero nada se pierde con intentarlo.

El mentoring invertido, si es que se arriesgan a lanzarlo, estoy seguro de que puede ser algo positivo para abrir nuevos aprendizajes en ambas direcciones: los más veteranos, porque les permite acceder a un conocimiento del mundo tecnológico que normalmente no es de su dominio, y los más jóvenes, para aprender de inteligencia emocional y madurez, que mucha falta les hace y que se consigue con la edad.

Los invito a que hagan un programa piloto, busquen cambiar la actitud, comiencen a analizar comportamientos, pero con miradas diferentes, les aseguro que surgen muchas oportunidades.