“Tan solo las empresas que ponen a las personas como ventaja competitiva, tendrán la fuerza para permanecer en el mercado y ser sostenibles en el largo plazo”

Las empresas por sí mismas no hacen nada, lo hacen las personas que trabajan en ellas.

Si las empresas son reconocidas y apreciadas por las personas que trabajan en ella, será una empresa bien reconocida en el mercado.

Lograr que las personas sientan orgullo de ponerse la camiseta es lo más importante para que una empresa sea referente en cualquier sector o industria.

Cuando las personas no sienten ese orgullo por su empresa corren el riesgo de salir de ahí tarde que temprano, es decir, que el éxito de las empresas depende de contar con empleados “que vibren” y se jacten de pertenecer a ellas.

Así como sucede en los mercados, en donde los consumidores son los que tienen el poder sobre los productos o servicios. Y hoy en día con el poder de las redes sociales, tienen la posibilidad de atacar o alabar a las marcas con gran ímpetu y sin misericordia, también las personas en las organizaciones pueden tener ese poder y desprestigiar a la “marca empleadora” con infinitas formas de difundir contenidos y opiniones a gran velocidad.

Las empresas tienen que anticiparse a escuchar a las personas, animarles a participar, cuidarles, hacerles sentir importante y fidelizarlos, como si fueran los consumidores de nuestros productos y servicios.

Se trata de convertir a los empleados en “fans”, lograr que no sólo se comprometan, sino que recomienden y se involucren. Conocer e involucrar a las personas, dirige a las empresas hacia una era de marketing interno y de precisión.

Disparar a todo “lo que se mueve” no es lo más acertado, es en resumen desperdiciar tiempo, esfuerzo y dinero. Hay que darse cuenta de que las personas que pertenecen a las empresas responden a necesidades concretas, y de que la lógica humana responde a un deseo natural de agruparse en comunidades que cuentan con características similares y específicas como: el gusto, el comportamiento, alguna particularidad, cualidad, etc. Si se tratara de hacer y ser todo para todos, al final no hay nada para nadie.

Hoy en día hay que ser un especialista en atender organizaciones agrupadas en comunidades, para satisfacerlas de la manera más atinada.

Cualquier empresa es un entramado de relaciones entre personas (proveedores, empleados, aliados, administraciones), que a su vez interactúan con los clientes (también personas), quienes al final son el centro de la actividad de los negocios.

Sin clientes no hay venta y sin venta no hay negocio, por eso hay que tener una fuerte disposición hacia hacer sentir bien a las personas de la empresa y, estas a su vez, lo harán hacia el cliente, porque al final, el cliente es quien paga todos los gastos de la compañía: nóminas, alquileres, viajes o comidas. ¿O me equivoco?