Descubrí que las metas son inútiles la mayor parte de las veces. 

Cuando te enfocas en el resultado, menguas tu crecimiento. Pierdes atención y disminuyes importancia en el aquí y el ahora.  

Creo que las metas tienen ciertos problemas: Primero, normalmente todas las personas persiguen un mismo objetivo, sean altos potenciales o no, y el objetivo no es lo que te hace crecer. Segundo, los objetivos son de naturaleza temporal. Por último, trabajar hacia una meta suele ser frustrante.  

Los verdaderos ganadores se centran en el proceso. Los grandes ciclistas no se hacen al llegar a la meta, se hacen en la práctica constante, todos los días, durante mucho tiempo. 

Deja de perseguir la zanahoria. 

Simplemente hay que crear un buen método de ejecución, decidido e inquebrantable: imagínalo como un caudal de acciones, pero con esteroides, como un sistema “antifrágil”. Crea reglas para cada día en el que puedas avanzar cada vez un poco más. No importa si es lento; pero que sea persistente. Genera impulso, paso a paso, sin culpa ni desaliento. 

O si quieres hacer reír a Covid-19, cuéntale tus metas.