Sobre el papel somos los mejores emprendedores, escritores famosos, deportistas “fit” o efigies de la productividad. La verdad es que somos soñadores y hasta que no franqueemos el agujero de las dudas, aplazamientos y miedos, no vamos a cambiar y acercarnos a lo que deseamos. Si seguimos planeando nuestro futuro sin tener la oportunidad de vivirlo, tarde o temprano, “lo haré” se convertirá en “desearía haberlo hecho”. No pierdas tu tiempo teniendo miedo.  

“El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones” 

Dale la vuelta a todo. Tómate un café en silencio, escucha la música que te guste o lee un libro para estar de buen humor cuando empieces a caminar hacia tus sueños. En lugar de perder el tiempo en las redes sociales, lee un artículo que esté relacionado con el campo de tus metas, en lugar de ver una película para “pasar el rato”, ve un documental o escucha un podcast del que podrías aprender algo nuevo y ampliar tus conocimientos, en lugar de jugar un videojuego o quedarte en la cama como un oso, sal y respira, deja que la naturaleza haga su trabajo.  

Para lograr un cambio real, tienes que invertir en conocimiento, tiempo y dedicación, y la mejor inversión que puedes hacer es invertir en ti mismo.