La empresa que no lo entienda no sobrevivirá. Las compañías que sólo buscan generar el máximo valor para sus accionistas están perdidas, porque hoy en día deben centrar sus estrategias en:      los consumidores, los empleados y las comunidades.

 ¿Qué hacer para no ser víctimas de estas disrupciones debidas a la digitalización?

Ningún tipo de cambio es posible sin las personas, así que todas las empresas tienen que ser capaces de replantearse las prioridades de su propio modelo de negocio, para trabajar de forma activa en la transformación digital.

Esa metamorfosis para que sea exitosa, ubica a los seres humanos en el centro de cualquier estrategia empresarial articulándose en torno a tres grupos de personas: los consumidores, los empleados y las comunidades a las que estos pertenecen. Porque los hábitos y actitud de todos ellos han cambiado de forma radical durante los últimos años gracias a la tecnología.

Para ello, es preciso dejar de hablar de “una época de cambios” y asumir que en realidad vivimos “un cambio de época”, donde las empresas que sobrevivirán son aquellas Organizaciones Centradas en las Personas.

Tradicionalmente las organizaciones no han sido muy centradas hacia las personas, se crearon para obtener capital y evolucionaron hacia modelos de gran volumen para buscar beneficios económicos a nivel comercial e industrial; la ambición en todas sus formas todavía sigue vigente porque muchas compañías continúan empecinadas hacia la obtención de valor para sus accionistas a cualquier precio. Pero el mundo ha cambiado mucho e incluso si buscamos la mayor productividad y el retorno económico, definitivamente poner a las personas en el centro es la mejor estrategia. La empresa que no entienda esto no sobrevivirá.

Hasta ahora, muchos ya han comprendido la importancia de cuidar y mantener enganchados emocionalmente a consumidores y empleados, así que las principales dudas llegan a la hora de involucrar a las comunidades en su estrategia. ¿Cómo puede repercutir en el negocio una comunidad si nunca llegara a involucrarse con la compañía? La era digital ha dado el poder a las personas y a sus comunidades, que han tomado fuerza por su capacidad para mover los pilares de la sociedad, por lo que ya no sólo son consumidores exigentes a la hora de comprar, sino que también exigen a las mismas compañías una serie de compromisos que permitan mejorar el mundo. En este sentido, en los contextos digitales las comunidades optan por premiar a las empresas que crean un “valor compartido” con la sociedad, especialmente a aquellas que con sus productos y servicios ayudan a transformar el mundo. Quien no lo entienda, no será sostenible en el tiempo.