Con frecuencia, los grandes ejecutivos hablan de liderar desde la intuición. En efecto, se reconoce que tener buenos instintos es una ventaja para un líder en cualquier contexto, ya sea para interpretar el estado de ánimo de la organización, la situación contra la competencia, y muchas otras cosas más.

Los estudiosos de liderazgo caracterizan este talento como la capacidad de reconocer patrones. Señalan que habitualmente es el resultado de una basta experiencia.

Mi consejo… confía en tu intuición, pero refuerza tu inteligencia social como un herramienta con mayor potencial. La intuición es una buena práctica, por cierto, pero debido a que las personas no siempre tienen tiempo para consultar una docena de personas la utilizan como medio de decisión primario. 

Los hallazgos de la neurociencia sugieren que es probable que este enfoque sea demasiado cauto. ¿Por qué?, sencillamente por que la intuición también está en el cerebro.

Lo importante para no olvidar, es preguntarnos lo siguiente: ¿cómo podemos ser unos líderes que no basemos las decisiones solamente desde la intuición?

Recientemente he venido ayudando a personas que me han pedido espacio para ayudarles a crecer y desarrollarse dentro de sus propias organizaciones. Tarea, que desde mi punto de vista no es un ejercicio sencillo. Como estudioso que soy, me puse a la tarea de buscar y entender el tipo de rasgos característicos que tienen los líderes con los que me ha tocado convivir durante estos últimos años, y que desde mi punto de vista, son líderes que cuentan con una característica que los hace más sobresalientes: su alta inteligencia social.

La serie de cualidades con la que observé en estos líderes con alta inteligencia social las resumo de esta manera:

1. Empatía: entienden lo que motiva a las otras personas, incluso aquellas de orígenes distintos, es sensible a las necesidades de otros. 

2. Sintonización: escucha atentamente y piensa en cómo se sienten los demás, está sintonizado con los estados de ánimo de las personas.

3. Conciencia organizacional: aprecia la cultura y los valores del grupo o de la organización, entiende las redes sociales y conoce sus normas tácticas. 

4. Influencia: convence a los demás fomentando su participación en discusiones y apelando a sus intereses personales, tiene el apoyo de personas claves.

5. Desarrollo de otras personas: hace coaching y actúa como mentor involucrado, invierte tiempo y energía personal en ello, entrega feedback que las personas encuentran útil para su desarrollo profesional.

6. Inspiración: articula una visión atractiva, construye espíritu de equipo y fomenta un tono emocional positivo, lidera obteniendo lo mejor de las personas. 

7. Trabajo en equipo: solicita aportes de todos en su grupo, apoya a todos los miembros de su equipo y fomenta la cooperación.

A todos aquellos que buscan desarrollarse en sus organizaciones de una manera más inteligente, simplemente les sugiero que ponga en marcha sus neuronas sociales, el resultado que obtendrá lo sorprenderá, se lo aseguro.