Si no desafiamos la ortodoxia de la estrategia evitando invertir una amplia cantidad de energía intelectual en refinar la definición estratégica, será difícil tener la oportunidad de ver el éxito de una estrategia.

Cambiemos la forma de ver la estrategia:

  1. Desmitifique: A pesar del rugido de voces que quieren comparar la estrategia con la ambición, el liderazgo, la visión, la planeación o la lógica de la competencia, la estrategia no es nada de eso.

La médula del trabajo estratégico es siempre el mismo, descubrir los factores críticos en un contexto y diseñar una forma de coordinar y enfocar las acciones para hacer frente a ese contexto.

  1. Pregunte: Se comprende haciendo preguntas. Para lo cual, es necesario hacer buenas preguntas y generar menos hipótesis, para permitirnos ser arrastrados por preocupaciones de la vida y del contexto real en lugar de ser empujados por conceptos o teorías preconcebidas.

Debemos preocuparnos por el proceso y el contenido, la estática y la dinámica, la restricción y la inspiración, lo cognitivo y lo colectivo, lo planificado y lo aprendido, lo económico y lo político. En otras palabras, debemos prestar más atención a todo el contexto, a formar estrategias en su conjunto. 

  1. Piense en barreras de salida: Hoy más que nunca, en este entorno, evolución digital y desmaterialización de los activos, hay que pensar más en las barreras de salida y no en las barreras de entrada.

En el pasado, la conversación estratégica era sobre cómo erigir barreras de entrada a la competencia, pero ahora tenemos que empezar a hablar en términos de barreras de salida. Simplemente debemos ser más cuidadosos para al hundir o evitar muchos activos y mucha inversión en lugares específicamente competitivos, porque cuando necesitemos encarar al entorno ágil y movernos rápido, los activos serán el ancla que no nos dejará salir avante. Utilicemos activos que sean bastante fungibles o apalancados.

  1. Busque crear nuevos mercados: Profundizar los mercados existentes es necesario, pero cada vez más, no es suficiente para asegurar el crecimiento futuro. El desafío es crear una nueva demanda, lo que llamamos un nuevo espacio de mercado. El nuevo espacio de mercado se trata de crear el futuro de la empresa. Las empresas pueden continuar extrayendo su riqueza de un espacio de mercado existente, para mantenerse y concentrarse en la cuota de mercado. Pero hay algo más, el acto de creación.La creación de un nuevo espacio de mercado será cada vez más vital, proporciona crecimiento.
  1. Involucre y responsabilice a todas las personas: Los líderes y la alta gerencia no tienen el monopolio de la sabiduría estratégica, ni de ningún otro tipo de sabiduría. Todas, sí, todas las personas de una organización deben estar empoderadas para pensar y preocuparse por la estrategia.

Donde sea que uno se encuentre en el organigrama, todos deben tomar decisiones estratégicas. No se trata de que “los de arriba” tomen las decisiones, y “los de abajo” las ejecuten. No es la forma en que el mundo funciona realmente, y no es un tipo de concepción útil para una organización futura.

  1. Conócete a ti mismo: Así como se alienta a los líderes a comprender realmente sus ambiciones y motivaciones internas. Lo mismo se aplica a las organizaciones. El éxito viene de adentro. La principal barrera para que las empresas encuentren su próxima ola de crecimiento es “la respuesta es interna”. Cuando realmente miremos los principales problemas y barreras que tienen las empresas para crecer, encontramos que la mayoría tienden a ser aspectos internos. Las empresas pueden tender a ser sus propios enemigos y la conciencia de sí mismas, al final del día, probablemente este puede ser el epicentro de muchas de las grandes historias de éxito y de grandes fracasos en los negocios. Mirar dentro.