Todo principio da vida. 2018 es solo un preámbulo. Los nuevos desafíos, favorecen la libertad y el olvido de las pautas trazadas ayudarán a transformar la responsabilidad del diario quehacer en un año más divertido.

Un nuevo año, En momentos así, pienso que pagaría lo que fuera por tener algo como un instructivo para saber cómo crecer como persona y como profesional en el 2018. Que si tenemos dudas, miramos el manual. Que no sabemos hacia dónde ir, miramos el manual. Que no nos encontramos bien y no sabemos por qué, miramos el manual. Todo con un manual de instrucciones que llevara nuestro nombre en la portada y que estuviera especialmente diseñado para nosotros y nunca jamás se equivocase durante 2018 en ninguna situación.

Es lo que encontramos frecuentemente en internet: mensajes en los que se nos dan instrucciones paso a paso para vivir mejor y más feliz.

Y cuando los recibimos como lectores, nos hacen sentir bien, nos hacen sentir seguros y cómodos, aunque la respuesta y las instrucciones no tengan absolutamente nada que ver con nosotros o con lo que necesitamos.

Nos gusta que nos den todo masticado, somos muy del cero esfuerzo y de guías cortas y claras, que quepan en una página, en un estado de Facebook o en un tweet, porque tenemos déficit de atención y nos cuesta cada vez más leer y pensar, aunque sepamos perfectamente que al día siguiente no nos acordaremos de nada y lo sustituiremos por otra frase, otra solución, otra instrucción.

Y aunque muchas veces acabamos pensando “esta es la solución para este 2018, tiene que funcionarme” y nos contorsionarnos la existencia para que se adecue a nosotros, probablemente al final veamos que no estamos yendo a ninguna parte con la tontería de dicho consejo.

En cambio, las guías, instrucciones, recomendaciones que se nos quedan interiormente no vienen de nadie. Las ideas que perduran salen de nosotros mismos. Y sabemos que una idea sale auténticamente de nosotros cuando logramos integrarlo con facilidad y sin esfuerzo, cuando hacemos que las cosas sucedan sin tener que pelearnos demasiado con nada, cuando no nos ponemos excusas y trabas para acabar haciendo lo que supuestamente querríamos hacer.

Y para acceder a estos propósitos de 2018 no hay que abrir el blog de nadie, ni ninguna red social, no hay que escuchar al compañero en la fiesta de Navidad ni pedir consejo a una amigo mientras tomamos café. No niego que, todo esto podría ayudar a ver o intuir la punta del iceberg, pero para crear nuestra guía de instrucciones para el 2018 no nos queda otra que enfrentarnos a nosotros, profundizar en nosotros y simplemente, sin que sea tan difícil, dedicar un poco de tiempo a nosotros mismos.

Así es, una forma de hacerlo, que viene sin instrucciones y sin respuestas prediseñadas, la llamo “mi diario de la página en blanco” pero no el diario destinado a ser leído por alguien, sino la guía personal.

Un diario escrito desde una página en blanco, es una oportunidad para encontrar la claridad, la confianza, la dirección y todo lo que consideremos que nos falta lograr en estos momentos. Si, todo.

Porque desgraciadamente el 2018 no viene con libro de instrucciones como los de un Lego, no todos queremos ni podemos hacer lo mismo ni seguir los mismos pasos. Pero entonces, ¿cómo vamos a crear nuestro propio diario de la página en blanco?